La obesidad y las principales causas de muerte, tales como la diabetes, enfermedades cardiacas, enfermedad de Alzheimer y cáncer, tienen algo importante en común--todas son causadas por la resistencia a la insulina y leptina.
En otras palabras, el problema subyacente es la disfunción metabólica que se desarrolla como resultado de consumir demasiados carbohidratos netos. Los azúcares que se encuentran en los alimentos procesados y granos son los principales culpables, y la alimentación estándar mexicana está cargada de ambos.
Una vez que desarrolla resistencia a la insulina y leptina, se desencadenan cascadas bioquímicas que no solo hacen que su cuerpo retenga la grasa, sino que también producen inflamación y daño celular.
Por lo tanto, si tiene problemas crónicos de salud y/o de peso, los protocolos de tratamiento son los mismos. Esta es una buena noticia, ya que simplifica significativamente su enfoque para mejorar su salud. No se necesita un conjunto diferente de estrategias para abordar cada enfermedad.
En resumen, al optimizar su metabolismo y función mitocondrial, uno se dirige directamente hacia el camino para tener una mejor salud. Entonces, ¿cómo puede corregir estos desequilibrios metabólicos? La clave es su alimentación. El horario de sus comidas también desempeña un papel importante.
Al llevar una alimentación saludable alta en grasas con proteínas y baja en carbohidratos, entra en lo que se conoce como cetosis nutricional; un estado en el cual su cuerpo quema grasas como combustible principal, en vez de glucosa (azúcar).
Cada vez más investigación sugiere que la cetosis nutricional es la respuesta a una larga lista de problemas de salud, comenzando con la obesidad.
De hecho, la evidencia científica más reciente sugiere una alimentación con alto contenido de grasas, baja en carbohidratos netos, y con proteínas (en otras palabras, una alimentación que le mantenga en la cetosis nutricional) es ideal para la mayoría de las personas.
De hecho, los atletas de resistencia se alejan de las estrategias convencionales de alimentación alta en carbohidratos, y adoptan esta forma de comer, ya que aumenta la fuerza y resistencia física.
Más allá de la resistencia a la insulina y diabetes tipo 2, hay un conjunto de aplicaciones para la cetosis nutricional, incluyendo como tratamiento para convulsiones, especialmente en niños que no responden a los medicamentos, y en enfermedades neurológicas como el Alzheimer y Parkinson. El cáncer es otra cuestión en donde la alimentación ancestral es muy prometedora.
Una vez que haya realizado el cambio de quemar azúcares a quemar grasas, como su principal combustible, otros beneficios incluyen un menor número de ataques de hambre y unos niveles drásticamente inferiores de antojos de alimentos.
Asimismo, al convertirse en un eficiente quemador de grasas, también puede aumentar su longevidad. Los investigadores han identificado una docena de genes asociados con la longevidad.
De acuerdo con Jeff Volek, Ph.D., nutriólogo registrado y profesor en el Departamento de ciencias humanas de la Universidad Estatal de Ohio--quien ha realizado un enorme trabajo en el campo de los tipos de alimentación con alto contenido de grasas y bajos en carbohidratos, y es autor de varios libros acerca de este tema.
La función principal de uno de estos genes es paralizar la degradación de los aminoácidos de cadena ramificada (BCAA´s, por sus siglas en inglés), tales como la leucina para prevenir esta degradación, que puede ayudar a preservar su masa muscular.
Además, los BCAA´s tienen otros beneficios; en una serie de estudios con modelos animales de mediana edad, al agregar los BCAA´s aumentó la biogénesis mitocondrial cardiaca y muscular (la creación de nuevas mitocondrias), lo que mejoró tanto la salud como la longevidad.
Curiosamente, la estructura de BCAA´s es muy similar a la de las cetonas--moléculas que proporcionan energía y son producidas por el hígado, de las grasas--y las cetonas parecen ser metabolizadas de forma preferencial.
En otras palabras, las cetonas comparte aquellos aminoácidos de cadena ramificada, al dejar que circulen niveles más altos de ellos, mientras también ayudan a conservar la masa muscular y promover la longevidad.
La razón principal por la que en la actualidad muchas personas tienen sobrepeso y/o tienen un mal estado de salud, es que la alimentación occidentalizada está sobrecargada de carbohidratos sin fibra como combustible principal, que a su vez inhibe la capacidad del cuerpo para acceder y quemar la grasa corporal.
Por su parte, las grasas de alta calidad son un combustible mucho más preferible, puesto que son utilizadas con mucha mayor eficacia que los carbohidratos. Cuando quema grasas como su principal combustible, el cociente respiratorio (la cantidad de oxígeno que necesita) normalmente disminuye, lo cual es una señal de que su metabolismo funciona de manera más eficiente.
La forma más eficaz de entrenar a su cuerpo a utilizar grasas como combustible es al eliminar la mayor parte de los azúcares y almidones de su alimentación, y esto se aplica en todas las personas; si es un atleta de élite, o padece de diabetes y es sedentario. Al mismo tiempo, deberá reemplazar los carbohidratos con grasas saludables.
Un consumo alimenticio de alrededor de 50 gramos o menos por día de carbohidratos netos al mismo tiempo que mantiene unos niveles de proteína de bajos a moderados, suele ser lo suficientemente bajo como para permitir que pueda hacer el cambio a la cetosis nutricional (el estado metabólico asociado a una mayor producción de cetonas en su hígado; es decir, el reflejo biológico de ser capaz de quemar grasas).
Esta solo es una generalización, ya que cada persona responde a los alimentos de una manera diferente. Algunas personas pueden entrar en plena cetosis, mientras consumen alrededor de 70 a 80 gramos de carbohidratos sin fibra. Otros, especialmente si son resistentes a la insulina o padecen diabetes tipo 2, se reduce a cero el consumo de carbohidratos, para llegar al objetivo.
Para encontrar su objetivo personal de carbohidratos, es importante medir no solo el nivel de glucosa en la sangre, sino también sus niveles de cetonas, que pueden obtenerse ya sea a través de análisis de orina, aliento o sanguíneos.
Esto le dará una medida objetiva para verificar si realmente entra en cetosis, en vez de depender de contar los gramos de carbohidratos que consume. La cetosis nutricional se define como las cetonas en la sangre que permanecen en un rango de 0.5 a 3.0 milimoles por litro (mmol/L).
Dicho lo anterior, al utilizar un medidor de nutrientes mejorará radicalmente la capacidad para entender cuánto y qué tipo de alimentos le ayudan a mantener sus objetivos nutricionales del sistema de alimentación ancestral mientras también ayuda a evaluar el valor de los nutrientes de sus elecciones alimenticias.
Por el momento, aparte de los azúcares y granos añadidos, lo más importante es evitar los lácteos jóvenes (leche, quesos, requesón, cremas, yogurt, lactobacilos, ya que no funciona una cetosis si come o bebe aunque sea una pequeña cantidad de ellos.
La galactosa presente en la leche es un carbohidrato y fácilmente supera su porción de carbohidratos netos al beber o comer una pequeña porción de ellos. La caseína, la principal proteína de la leche desencadena y contribuye a la inflamación, dando origen a muchas enfermedades ese tema lo explicamos a detalle en nuestro articulo de lácteos
Al mantener bajos niveles carbohidratos netos, su cuerpo hace el cambio a quemar grasas como combustible y el hígado comienza a convertir parte de esas grasas en cuerpos cetónicos. Se trata de una producción endógena, lo que significa que son elaborados por el cuerpo por las reservas de grasas o de las grasas presentes en los alimentos que consume.
Podría aumentar su nivel de cetonas al tomarlas en forma de suplemento, pero estas cetonas exógenas (fabricadas en un laboratorio, no en su cuerpo) probablemente no sean tan beneficiosas a menos que ya sean "bajas en carbohidratos".
Los aceites alimenticios, tales como el aceite de coco de triglicéridos de cadena media (MCT, por sus siglas en inglés), también pueden utilizarse para aumentar ligeramente los niveles de cetonas.
Con base en mi comprensión de la salud mitocondrial y función metabólica, la vasta mayoría de los problemas de salud podrían entrar en esta categoría. La epilepsia es una de las enfermedades en las que el Sistema de Alimentación Ancestral tiene el historial más largo y mejor documentado.
Este tipo de alimentación se ha utilizado con eficacia para tratar las convulsiones epilépticas resistentes a los medicamentos y los estudios han confirmado que es útil tanto para niños como para adultos.
Sería conveniente implementar un Sistema de Alimentación Ancestral como terapia de primera línea, pero en la medicina convencional, usualmente no se considera ni se recomienda, a menos que el paciente no responda a los medicamentos. Incluso entonces, un paciente o el padre de un niño con convulsiones tendrían que sugerir el tema. Como se señaló en el artículo presentado:
" La investigación muestra que las crisis suelen mejorar en alrededor del 50 % de los pacientes con epilepsia que siguen el Sistema de Alimentación Ancestral. Esta también se conoce como nutrición ancestral, ya que proporciona cuatro veces tanta grasa como proteínas y carbohidratos combinados."
En general, su cerebro funciona mejor cuando quema grasas en vez de glucosa, ya que las grasas han demostrado ser tanto neuroterapéuticas como neuroprotectoras. Aunque las grasas no son capaces de atravesar la barrera hematoencefálica, las cetonas, al ser grasas hidrosolubles, pueden cruzar y alimentar a su cerebro.
También, parecen disminuir los indicadores de inflamación sistémica, tales como IL-6 y otros. Muchas veces, los primeros cambios que las personas notan al entrar en la cetosis nutricional, es que mejoran la cognición y agudeza mental.
En general, las cetonas son la fuente preferida de energía para el cerebro, pero especialmente para las personas afectadas por la diabetes, Alzheimer, Parkinson y tal vez incluso la esclerósis lateral ameotrófica (ALS, por sus siglas en inglés), ya que en estas enfermedades, hay ciertas neuronas que se volvieron resistentes a la insulina o han perdido la capacidad de utilizar eficazmente la glucosa, lo que provoca que las neuronas mueran.
Cuando hay presencia de cetonas, estas neuronas tienen una mejor oportunidad de sobrevivir y prosperar.
En un estudio, los pacientes que padecían Parkinson y siguieron la dieta cetogénica 4: 1, en promedio, experimentaron una mejoría de 43 % en sus síntomas, después de un mes. Suplementar con aceite MCT parece ser particularmente beneficioso para la enfermedad de Alzheimer.
Asimismo, los estudios apoyan utilizar la cetosis nutricional para el autismo. Como fue señalado en el artículo presentado, "el autismo comparte algunas características con la epilepsia, y muchas personas con autismo experimentan convulsiones relacionadas con una agitación excesiva de las células cerebrales", y las investigaciones muestran que la cetosis nutricional ayuda a amortiguar esta excesiva actividad.
En un estudio piloto, la mayoría de los niños autistas mostraron una mejoría después de seguir un Sistema de Alimentación Ancestral cíclico durante seis meses.
A diferencia de la glucosa en la sangre, las cetonas presentes en la sangre no aumentan los niveles de insulina. Asimismo, no necesitan la ayuda de la insulina para atravesar las membranas celulares, incluyendo las membranas neuronales.
En vez de ello, utilizan una simple difusión, por lo que incluso pueden entrar en las células que se volvieron resistentes a la insulina. Probablemente esta sea una de las razones por las que la cetosis nutricional funciona tan eficazmente para atender una variedad de problemas y enfermedades neurológicas. Parte de este Sistema de Alimentación Ancestral es el consumo de sal y bicarbonato de sodio para incrementar la conductividad electrica para:
Asimismo, la cetosis nutricional está indicada para la obesidad, el síndrome metabólico (prediabetes) y la diabetes. Esto no es algo sorprendente, si consideramos el hecho de que uno de sus efectos beneficiosos es corregir la resistencia a la insulina.
Si cumple con al menos tres de los siguientes criterios, es posible que sea diagnosticado con un síndrome metabólico: obesidad abdominal, niveles elevados de triglicéridos, bajos niveles de colesterol HDL, presión arterial alta y/o elevados niveles de azúcar en la sangre en ayunas. La cetosis nutricional ha demostrado mejorar la mayor parte de estos problemas de salud.
La enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés), que está fuertemente asociada con la obesidad, diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico, ha demostrado que también mejora al seguir una alimentación baja en carbohidratos y rica en grasas saludables.
En un estudio, los hombres que padecen obesidad, diagnosticados con el síndrome metabólico y NAFLD, mostraron una mejoría significativa en su peso, presión arterial, enzimas hepáticas y la grasa en el hígado, después de cuatro meses de llevar un Sistema de Alimentación Ancestral; el 21 % de ellos solucionó completamente su hígado graso no alcohólico.
Las enfermedades de almacenamiento de glucógeno (GSD, por sus siglas en inglés) y el síndrome de deficiencia del transportador de glucosa 1 (GLUT1, por sus siglas en inglés), son otros dos padecimientos para los que llevar un Sistema de Alimentación Ancestral literalmente es un salvavidas.
GSD se caracteriza por la falta de una enzima que ayuda a almacenar glucosa en forma de glucógeno o a descomponer el glucógeno en glucosa. La forma exacta de la enfermedad depende de la enzima en la cual tiene deficiencia. Como fue señalado por Authority Nutrition:
" A los pacientes que padecen GSD se les aconseja consumir alimentos con alto contenido en carbohidratos, en intervalos frecuentes, para que la glucosa siempre este siempre disponible en el cuerpo.
Sin embargo, las investigaciones previas sugieren que un Sistema de Alimentación Ancestral podría beneficiar a las personas con algunas formas de GSD, [por ejemplo] GSD III, también conocida como enfermedad de Forbes-Cori... [y] GSD V, también conocida como enfermedad de McArdle..."
En el síndrome de deficiencia de GLUT1 (una rara enfermedad genética), se presenta la deficiencia de una proteína que ayuda a transportar el azúcar en la sangre en su cerebro. Las convulsiones y el deterioro de la capacidad motora son dos síntomas comunes que normalmente se manifiestan poco después del nacimiento.
En este caso, el beneficio de un Sistema de Alimentación Ancestral es bastante evidente, ya que las cetonas no necesitan de esta proteína para poder entrar en su cerebro. Por lo tanto, las cetonas son un combustible ideal para las personas con deficiencia de GLUT1, al permitir que su cerebro funcione con mayor normalidad.
Al ser un eficaz quemador de grasa, también se beneficia tanto su sistema nervioso como la regulación hormonal. El síndrome de ovario poliquístico (PCOS, por sus siglas en inglés) y la esclerosis múltiple (MS, por sus siglas en inglés), son dos enfermedades que parecen responder bien a esta transición en el combustible principal.
PCOS, que pone a las mujeres en un mayor riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, diabetes, infertilidad, síndrome de arteria coronaria, trastornos lipídicos (tales como colesterol elevado y presión arterial alta) y, posiblemente, cáncer de seno, se caracteriza por:
En un estudio, las mujeres que tuvieron un diagnóstico de síndrome de ovario poliquístico, y siguieron un Sistema de Alimentación Ancestral durante seis meses, perdieron un promedio de 12 % de su peso corporal y redujeron su insulina en ayunas en un promedio de 54 %.
Además, los niveles de hormonas sexuales mostraron una mejoría, y dos de las once mujeres fueron capaces de quedar embarazadas a pesar de tener antecedentes de infertilidad.
La MS, que es una enfermedad autoinmune ocasiona daño en la capa de mielina (la cubierta protectora del nervio), que causa síntomas como entumecimiento, pérdida del equilibrio y menor función motora, así como problemas de visión y memoria.
El cáncer es una enfermedad devastadora, y hoy en día es difícil encontrar a alguien cuya vida no haya sido afectada de alguna manera por esta enfermedad. De hecho, se ha convertido en una de las principales causas de muerte alrededor del mundo.
Lo que es peor, los médicos aún desconocen ampliamente el hecho de que la mayoría de los tipos de cáncer son ocasionados por una disfunción metabólica y mitocondrial, y por lo tanto, las recomendaciones de prevención convencionales hacen poco o ninguna diferencia para controlar la oleada de diagnósticos de cáncer.
Consideramos, al igual que muchos expertos que hemos entrevistado, que más del 90 % de los casos de cáncer son prevenibles o tratables. La clave es reconocer que el cáncer realmente es una enfermedad metabólica mitocondrial, causada por una mala elección de alimentos, en combinación con un estilo de vida tóxico y por supuesto por causas sistémicas familiares.
Al observar al cáncer como una enfermedad metabólica--en contraposición a una enfermedad por un ADN dañado, que es un efecto opuesto a la disfunción mitocondrial--nos proporciona el poder de controlar esta disfunción al elegir cuidadosamente los alimentos y nutrientes, así como al emplear estrategias que ayuden a optimizar los procesos bioquímicos que suprimen el desarrollo del cáncer, mientras que al mismo tiempo estimulan los mecanismos para impulsarlo hacia la remisión.
En lo últimos años, la cetosis nutricional ha recibido mucha atención por parte de los investigadores del cáncer, y muchos estudios demuestran que tiene un gran potencial no solo como una forma para prevenir el cáncer, sino también como tratamiento--en combinación con otros, como la quimioterapia y radiación.
La investigación analiza si las terapias metabólicas que no son tóxicas y los cócteles de medicamentos podrían ser igual de eficaces, con menos toxicidad.
De hecho, según el Dr. Thomas Seyfried, quien es uno de los principales investigadores académicos en intervenciones nutricionales para el cáncer, el mecanismo por el que el Sistema de Alimentación Ancestral controla el cáncer es mucho más claro y fácilmente comprensible que la forma en la que el Sistema de Alimentación Ancestral controla las crisis epilépticas.
Esto es irónico si consideramos que apenas es reconocido este sistema, y mucho menos aplicado dentro de los círculos de oncología, aunque, desde de 1920, fue aceptado como un tratamiento para la epilepsia.
La premisa central es que, dado que las células cancerígenas necesitan glucosa e insulina para desarrollarse, disminuir el nivel de glucosa en la sangre, aun con la restricción de carbohidratos y proteínas, literalmente causa que las células cancerígenas mueran por inanición.
Hemos llegado a reconocer que la disfunción mitocondrial es el núcleo de la causa del descontrol de su sistema. Tiene miles de mitocondrias en casi todas sus células y estas generan alrededor del 90 % de la energía que necesita para tener salud y sobrevivir.
Cuando un gran número de ellas dejan de funcionar correctamente, su cuerpo ya no puede funcionar como debe, lo que favorece el desarrollo de un sin número de enfermedades. Para algunas personas, podría manifestarse como diabetes o enfermedades cardiacas; en otras, se muestra como cáncer o algún tipo de enfermedad neurodegenerativa.
El remedio consiste en optimizar la función mitocondrial y corregir las disfunciones metabólicas de la resistencia a la insulina y leptina. Aquí, nos hemos enfocado en los beneficios de un Sistema de Alimentación Ancestral, que significa consumir alimentos con alto contenido de grasas saludables, con niveles moderados de proteínas y bajos niveles de carbohidratos netos (piense en carbohidratos sin fibra).
Realmente, las decisiones que toma en cuestión de grasas alimenticias son críticas, ya que los ácidos grasos contribuyen a la formación de las membranas celulares, y es prácticamente imposible tener una función biológica óptima si hay una deficiencia de membranas celulares.
Por lo que las grasas alimenticias sirven para dos propósitos; en primer lugar, como combustible, pero también como elementos esenciales para los componentes estructurales de su cuerpo. La mayoría de los habitantes en México consumen, inconscientemente, grandes cantidades de grasas nocivas, como aceites vegetales procesados, los cuales contribuyen a su deterioro, conforme pasa el tiempo.
Así que cuando hablamos de las grasas alimenticias, nos referimos a las grasas naturales sin procesar, que se encuentra en los alimentos enteros, tales como las semillas, aceitunas, aguacate, aceite de coco, cacao sin procesar o mantequilla de cacao. Pero también, recuerde que de igual forma, el aceite MCT tiene grandes beneficios para la salud.
Su salud se ve amenazada por todas las direcciones. Estamos rodeados de toxinas ambientales, alimentos ultraprocesados, campos electromagnéticos, organismos transgénicos (OGM) subsidiados por el gobierno y una variedad de otros peligros. Es simplemente imposible protegerse a menos que cuente con información saludable de vanguardia.