En algún momento, el azúcar fue un manjar, un condimento difícil de conseguir. Si tenía suerte, es posible que lo hubiera agregado a su café o té.
Sin embargo, según el Dr. Robert Lustig, Profesor de endocrinología pediátrica en la Universidad de California, en San Francisco (USCF, por sus siglas en inglés), el azúcar era " hasta mediados del siglo XVIII y XIX, todavía extraordinariamente costosa".
Ese gasto podría haber sido una bendición disfrazada, ya que hacía prácticamente imposible que la mayoría de las personas la consumieran en exceso; y ahí radica el problema. Cuando el azúcar es consumida en exceso, actúa como una toxina (veneno) hepática crónica y dependiente de dosis, declaró el Dr. Lustig.
De hecho, después del crecimiento de la industria azucarera en México, aumentó el consumo de azúcar per cápita, lo que provocó una mayor incidencia de enfermedades metabólicas crónicas.
Actualmente, consumimos alrededor de 20 veces más azúcar que nuestros antepasados, y tenemos muy poco control en la cantidad, ya que lo que una vez fue un condimento ahora se convirtió en un elemento básico en la alimentación.
El principal problema con el azúcar, y en particular con la fructosa procesada, es el hecho de que su hígado tiene una capacidad muy limitada para metabolizarlas. El Dr. Lustig explica por qué el azúcar es tan dañino para el hígado y cómo podría ocasionar diabetes.
De acuerdo con el Dr. Lustig, parte del problema es que puede metabolizarla de forma segura, solo alrededor de seis cucharaditas de azúcar por mes.
Sin embargo, el habitante promedio en México consume 20 cucharaditas de azúcar añadida al día. Todo el exceso de azúcar se metaboliza en grasa corporal , y ocasiona muchas enfermedades metabólicas crónicas, incluyendo, entre otras a:
De acuerdo con SugarScience.org, un producto del Dr. Robert Lustig y sus colegas, quienes han analizado más de 8 000 estudios independientes sobre el azúcar y su papel en las enfermedades cardiacas, diabetes tipo 2, enfermedades hepáticas y más:
" Con el tiempo, el consumo de grandes cantidades de azúcar añadido puede estresar y dañar los órganos vitales, incluyendo el páncreas y el hígado. Cuando el páncreas--el cual produce insulina para procesar los azúcares—sobrepasa los límites de su funcionamiento, puede fallar al regular adecuadamente el azúcar en la sangre.
Además, las altas dosis de fructosa del azúcar pueden estresar al hígado, el cual metaboliza la fructosa. En el proceso, el hígado convierte el exceso de fructosa en grasa, la cual se almacena en el hígado y también es liberada en el torrente sanguíneo.
Este proceso contribuye a los elementos fundamentales del síndrome metabólico [MetS, por sus siglas en inglés], incluyendo elevados niveles de grasa o triglicéridos en la sangre, colesterol alto, presión arterial alta y un exceso de grasa corporal en la forma de un vientre voluminoso ".
Su cuerpo está diseñado para consumir solo una cucharadita de azúcar en la sangre, todo el tiempo—Si es así. Si su nivel de azúcar en la sangre se elevara a una cucharada de azúcar correría el riesgo de entrar en un coma hiperglucémico e incluso morir.
Su cuerpo trabaja muy duro para evitar que esto suceda al producir insulina para mantener su nivel de azúcar en la sangre en un nivel adecuado. Cualquier comida o snack alto en carbohidratos de granos y azúcar usualmente genera que se eleve rápidamente la glucosa en sangre.
Para compensar esto, el páncreas secreta insulina en el torrente sanguíneo, lo que disminuye el nivel de azúcar en la sangre para evitar su muerte. No obstante, la insulina también es muy eficiente al reducir el azúcar en la sangre y convertirla en grasa--por lo que entre mayor cantidad segregue, más aumentará de peso.
Si consume una alimentación con un contenido consistentemente alto en azúcar y granos, sus niveles de glucosa en la sangre serán correspondientemente altos y con el tiempo su cuerpo será "insensible" a la insulina y requerirá cada vez más cantidad de esta para realizar sus funciones.
Eventualmente, se volverá resistente a la insulina, y luego será completamente diabético. Pero como un reciente estudio demostró, los efectos en la salud de este elevado ciclo de azúcar en la sangre/insulina comienzan a ocurrir incluso antes de tener resistencia a la insulina.
El estudio descubrió que las personas que presentaban niveles de azúcar en la sangre ligeramente elevados, tenían un mayor riesgo de enfermedad renal, como lo demuestran los dos problemas a menudo asociados con la enfermedad--filtración anormal de sangre (hiperfiltración) y más proteína de albúmina en su urina.
Aquellos que tenían niveles ligeramente anormales de azúcar en la sangre, fueron 95 % más propensos a tener hiperfiltración, lo que podría contribuir al daño renal en la diabetes.
También eran 83 % más propensos a tener niveles elevados de albúmina en la orina, que es un marcador de daño renal temprano. Asimismo, la investigación previa ha descubierto que las personas con niveles de azúcar en la sangre ligeramente elevados (que no tienen diabetes o prediabetes) tuvieron un menor puntaje en las pruebas de memoria.
Aunque la insulina es usualmente asociada con su papel de mantener sus niveles de azúcar en la sangre en un rango saludable, también desempeña un papel en la señalización cerebral.
En un estudio en animales, cuando los investigadores alteraron la correcta señalización de la insulina cerebral, fueron capaces de inducir muchos de los cambios cerebrales característicos observados con la enfermedad de Alzheimer (desorientación, confusión, incapacidad para aprender y recordar).
Cada vez es más claro que el mismo proceso patológico que produce la resistencia a la insulina y la leptina, así como la diabetes tipo 2, también podría ocurrir en su cerebro.
A medida que consume un exceso de azúcar y granos, su cerebro es abrumado por unos niveles consistentemente elevados de insulina, y eventualmente de leptina e insulina, que alteran profundamente la señalización, y que producen una deficiencia en la capacidad para pensar y de la memoria.
Con el tiempo, esto puede causar daño cerebral permanente, entre otros problemas de salud. Así que no es algo sorprendente que un nuevo estudio publicado en Diabetes Care haya descubierto que la diabetes tipo 2 este asociada con un riesgo 60 % mayor de demencia en hombres y mujeres.
Un estudio anterior--publicado en la revista New England Journal of Medicine, en el 2013--demostró que el hecho de que aumenten ligeramente los niveles de azúcar en la sangre—en un nivel entre 105 y 110--también está relacionado con un mayor riesgo de demencia.
El neurólogo Dr. David Perlmutter, autor de los libros "Grain Brain" y "Brain Maker", ha llegado a la conclusión de que la enfermedad de Alzheimer se basa principalmente en el estilo de vida y, en pocas palabras, cualquier cosa que finalmente estimule la resistencia a la insulina, también aumenta su riesgo de Alzheimer.
También se investiga que un nivel de azúcar en la sangre de 92 o más alto, es demasiado alto y el nivel ideal de azúcar en la sangre en ayunas es alrededor de 70 a 85, y 95 como máximo.
El "hambre hedonista" es un término relativamente nuevo. En este se describe como el antojo de comida, incluso cuando el cuerpo no lo necesita biológicamente.
Se cree que este fenómeno contribuye a que aumenten las tasas de obesidad en los Estados Unidos, y casi siempre implica el antojo de alimentos muy apetecibles, como aquellos con un alto contenido de azúcar y grasas no saludables.
Estos alimentos ricos en calorías habrían ofrecido una ventaja de supervivencia durante la mayor parte de la historia, cuando la comida no siempre era fácil de conseguir. Para muchos de nosotros, este ya no es el caso, pero su cuerpo aún podría estar programado para responder y tener una sobrecarga cuando prueba alimentos muy dulces.
Además, cuanto más cantidad de comida chatarra coma, su cuerpo se acostumbrará más a ella y requerirá más para darle las mismas sensaciones placenteras, al igual que una adicción a las drogas. Con el tiempo, es posible que consuma comida chatarra con el fin de mantener una sensación de bienestar. Scientific American informó:
" La investigación ha demostrado que el cerebro comienza a responder a los alimentos grasos y azucarados, incluso antes de entrar en nuestra boca. El mero hecho de ver un elemento deseable excita el circuito de recompensa.
Tan pronto como un alimento toca la lengua, las papilas gustativas envían señales a varias regiones cerebrales, que a su vez responden al esparcir la dopamina neuroquímica. El resultado es una intensa sensación de placer.
A menudo, consumir un exceso de alimentos muy apetecibles satura el cerebro con tanta dopamina que con el tiempo se adapta desensibilizándolo, al reducir el número de receptores celulares que reconocen y responden a la neuroquímica.
En consecuencia, el cerebro de los comedores exige mucho más azúcar y grasa para alcanzar el mismo umbral de placer, que una vez experimentaron con pequeñas cantidades de alimentos. De hecho, estas personas pueden continuar comiendo en exceso como una forma de recuperar o incluso mantener una sensación de bienestar ".
Para las personas adictas a la comida chatarra, utilizar simplemente la fuerza de voluntad podría no ser suficiente para romper el ciclo de adicción.
Algunos expertos, como Michael Lowe, un Psicólogo clínico en la Universidad de Drexel (que también acuñó el término "hambre hedonista"), sugiere reestructurar su entorno alimenticio personal como una forma de tratamiento.
Esto significa no llevar comida chatarra a su hogar e incluso, si es necesario, evitar lugares que la venden. La buena noticia es que entre menos azúcar consuma, más rápido eliminará sus antojos.
Aunque en un principio fue atacado por la ansiedad e irritabilidad, aproximadamente después de una semana, los antojos se desvanecieron. Estaba asombrado cuando finalmente se despertó una mañana y no tenía ningún deseo de comer algo dulce.
Lo que es más, sus medidas de salud, incluyendo el peso y el azúcar en la sangre, mejoraron, al igual que sus niveles de energía y estado físico.
Para tener una salud óptima, un elemento fundamental es eliminar el exceso de azúcar en su alimentación. Si actualmente consume azúcar, hay una buena probabilidad de que combata una adicción de azúcar.
Así que recomendamos nuestra técnica para quitar la adicción comprobado en el cien por ciento de nuestros pacientes, que ha ayudado a muchos "adictos a los refrescos y alimentos chatarra" a abandonar sus hábitos dulces, y debería funcionar para cualquier tipo de antojo dulce que es posible que tenga.
Con el fin de reducir al mínimo el consumo de azúcar necesita evitar la mayoría de los alimentos procesados, ya que los azúcares añadidos se esconden en un 74 % de los alimentos procesados, y tienen más de 60 diferentes nombres.
Si es resistente a la insulina/leptina, tiene diabetes, presión arterial alta , enfermedades cardíacas, o sobrepeso, sería prudente se acerque con nosotros para que lleve un sistema de alimentación ancestral, hasta que su resistencia a la insulina/leptina se haya solucionado.
Para todas las demás personas, recomiendo limitar su consumo diario de fructosa a 25 gramos o menos. pregunte acerca de nuestro taller de nutrición y conferenciaspara tener una orientación paso a paso y hacer un cambio positivo en su alimentación.
Simplemente no se puede lograr una salud óptima en una alimentación a base de comida procesada y azúcar. Algunos otros trucos para tratar de eliminar los antojos de azúcar:
• Hacer ejercicio : Cualquier persona que haga ejercicio intensamente de forma regular sabrá que las cantidades significativas de ejercicio cardiovascular son una de las mejores "curas" para los antojos de alimentos.
Siempre me sorprende como disminuye drásticamente el apetito en nuestros pacientes--especialmente en relación a los dulces--después de un buen entrenamiento.
El mecanismo está relacionado con una cantidad drásticamente menor en los niveles de insulina que se producen después de hacer ejercicio. Además, si consume azúcares o frutos alrededor del lapso de tiempo en el que hace ejercicio, sus niveles de azúcar aumentarán a medida que no se metaboliza por el combustible.
• Café negro y orgánico : El café es un poderoso opioide antagonista y receptor, y contiene compuestos tales como cafestrol—que se encuentra en cantidades abundantes tanto en el café con cafeína como el descafeinado—el cual puede unirse a sus receptores opioides, ocuparlos y esencialmente bloquear su adicción a otro alimento liberador de opiode.
Esto podría reducir profundamente el poder adictivo de otras sustancias, como el azúcar.
• Sabor ácido , al igual que las bebidas fermentadas , también ayuda a reducir el antojo de dulces. Esto es doblemente beneficioso, ya que además las bebidas fermentadas fomentan la salud intestinal. Asimismo, puede probar tomar jugo de limón en ayunas.
Si bien la inflamación es ciertamente una consecuencia preocupante de la diabetes, tal vez una consecuencia aún más siniestra es un aumento dramático en la producción de radicales libres dañinos , una situación llamada estrés oxidativo. Esto daña las proteínas, las grasas, las mitocondrias e incluso nuestro ADN. Así que supongo que uno podría considerar nombrarlo Síndrome de Estrés Oxidativo por Inflamación del Azúcar , pero por ahora solo nos quedemos con la diabetes.
Su salud se ve amenazada por todas las direcciones. Estamos rodeados de toxinas ambientales, alimentos ultraprocesados, campos electromagnéticos, organismos transgénicos (OGM) subsidiados por el gobierno y una variedad de otros peligros. Es simplemente imposible protegerse a menos que cuente con información saludable de vanguardia.
Fuentes: