La exposición a sustancias peligrosas en el trabajo es una realidad para muchas ocupaciones, desde agricultores y trabajadores dedicados a la construcción hasta bomberos – y dentistas. En este último caso, el uso de sustancias tóxicas como el mercurio para empastes de amalgama no solo es peligroso para los pacientes, sino también para quienes trabajan con dicho material en el consultorio.
De hecho, un grupo de 8 dentistas y 1 técnico dental de Virginia fueron diagnosticados con fibrosis pulmonar idiopática (FPI), una enfermedad pulmonar crónica y progresiva que no tiene cura conocida, y buscaron tratamiento en la misma clínica especializada en el estado de 2000 a 2015.
Uno de los odontólogos se puso en contacto con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas de inglés) de los Estados Unidos en abril de 2016, preocupado porque varios colegas estaban siendo tratados por la misma enfermedad que es relativamente rara.
Aunque en el pasado, la FPI se ha relacionado con ciertas ocupaciones, en especial la exposición a ciertos ambientes polvorientos como los que pueden presentarse durante el trabajo agrícola, la fabricación de textiles o la exposición al polvo de madera, la odontología fue un vínculo completamente nuevo.
En junio de 2017, los CDC revisaron los registros médicos de 894 pacientes diagnosticados con FPI y tratados en la clínica de especialidad previamente mencionada entre septiembre de 1996 y junio de 2017, con el objetivo de identificar aquellos pacientes cuya ocupación era ser dentista, higienista dental o técnico dental. De entre los pacientes, 9 o el 1 %, eran personal dental.
Teniendo en cuenta la poca cantidad de dentistas en relación con la población general en los Estados Unidos (0.038 % en 2016), fue digno de mención el hecho de que representaran casi el 1 % de los pacientes tratados por FPI en una clínica.
De hecho, el análisis de los CDC reveló que los odontólogos tenían 23 veces más probabilidades de desarrollar FPI en comparación con la población general.
Durante el período del estudio, 7 de los pacientes murieron y solo 1 de los restantes (el dentista que contactó originalmente a los CDC) pudo ser entrevistado, lo que reveló que no había utilizado equipo de protección durante gran parte de su carrera y luego empezó a utilizar solo una máscara quirúrgica. Los CDC informaron lo siguiente al respecto:
"El paciente entrevistado, que nunca había fumado, informó que no utilizó un respirador certificado por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional en las actividades dentales durante su práctica dental que duró 40 años; en los últimos 20 años de carrera, portó una máscara quirúrgica.
El dentista, informó sobre el pulido de los aparatos dentales, la preparación de amalgamas e impresiones y el desarrollo de rayos X que utilizan soluciones de revelado de película".
Asimismo, los CDC cuestionaron al National Occupational Respiratory Mortality System (Sistema Nacional de Mortalidad Respiratoria Ocupacional) sobre 1999, 2003, 2004 y 2007, quien reveló 35 muertes por FPI o enfermedades pulmonares relacionadas, en aquellas personas que trabajan en un "consultorio dental" y 19 clasificados con la ocupación de "dentistas".
"Estos hallazgos sugieren que podría presentarse una tasa más alta de FPI entre el personal dental que entre la población general", según los CDC, que también reconocieron lo siguiente:
"Esta investigación reveló el primer grupo descrito de personal dental con FPI diagnosticada. Los 8 odontólogos identificados en este grupo excedieron el número de casos esperados, algo que concuerda con los datos del Sistema Nacional de Mortalidad Respiratoria Ocupacional respecto a la mortalidad por FPI y la proporción de residentes en los Estados Unidos que son dentistas.
Los dentistas y personal dental experimentan exposiciones ocupacionales únicas, como la exposición a organismos infecciosos, polvos, gases y humos. Posiblemente, las exposiciones ocupacionales contribuyan a dicho grupo. Después de este análisis, fue diagnosticado otro caso de FPI en un dentista tratado en esta clínica especializada".
La FPI es una enfermedad que causa que los tejidos cicatriciales se acumulen profundamente en sus pulmones. Esto comienza en las paredes del saco pulmonar, a través de las cuales el aire pasa a su sangre. Conforme las paredes se van engrosando con tejido cicatricial, hace que los pulmones dejen de funcionar correctamente, lo que significa que ya no pueden trasladar suficiente oxígeno en el torrente sanguíneo, cerebro y cuerpo.
Por lo general, las personas con FPI experimentan dificultad para respirar, lo que en primera instancia solo puede ocurrir durante el ejercicio, pero finalmente progresa hasta el punto en que puede sentir falta de aliento incluso cuando está en reposo.
La FPI también puede causar tos seca y persistente o incontrolable, así como pérdida de peso, fatiga, dolores musculares, respiración rápida y dedos de las manos o los pies en palillo de tambor, que se conoce como dedos hipocráticos.
Eventualmente, conforme la enfermedad va progresando, conduce a insuficiencia respiratoria, hipertensión pulmonar e insuficiencia cardíaca; la mayoría de las personas sobrevive solo entre 3 y 5 años después de ser diagnosticada.
Se sabe que la exposición a contaminantes ambientales, como polvo inorgánico (sílice y polvo de metales pesados) y polvo orgánico (bacterias y proteínas animales), causa fibrosis pulmonar, al igual que ciertos medicamentos, como nitrofurantoína (un antibiótico), amiodarona (un medicamento para el corazón), además de metotrexato y bleomicina que se utilizan durante las quimioterapias. 4 Se estima que 200 000 personas en los Estados Unidos sufren FPI.
Aunque el informe de los CDC mantiene una postura de asombro respecto a los hallazgos, en realidad, cuando taladra mercurio en la boca de las personas diariamente, mientras estás sentado cerca de ellos e inhala todo, probablemente afecte sus pulmones, así como su salud.
El hecho de que la Asociación Dental Americana (ADA) haya defendido históricamente el uso del mercurio para realizar empastes, y continúe haciéndolo hasta la actualidad, ha sobrepasado el punto de ignorancia al grado de llegar a la malicia.
El mercurio es un agente conocido por dañar los pulmones y, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, es "tóxico ... al inhalarse en forma de vapores de mercurio".
Se sabe que la inhalación aguda de mercurio causa inflamación pulmonar y dificultad para respirar, así como falla respiratoria y muerte en casos extremos.
A largo plazo, el daño pulmonar inducido por mercurio puede incluir "aumento del tejido fibroso en el pulmón (fibrosis pulmonar), enfermedad pulmonar restrictiva e insuficiencia respiratoria crónica". Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara lo siguiente al respecto:
"El mercurio es sumamente tóxico y nocivo para la salud. Aproximadamente el 80 % del vapor de mercurio inhalado se absorbe en la sangre a través de los pulmones, lo que genera daños a los pulmones, riñones, sistema nervioso, digestivo, respiratorio e inmunológico.
Algunos de los efectos de la exposición excesiva al mercurio son temblores, visión y audición deficiente, parálisis, insomnio, inestabilidad emocional, déficits de desarrollo durante el desarrollo fetal, déficit de atención y retrasos en el desarrollo durante la infancia".
Mientras tanto, el mercurio no es más que una toxina pulmonar a la que el personal dental está expuesto prácticamente todos los días. De acuerdo con lo informado por los CDC, algunas otras toxinas son sílice, polivinil siloxano, alginato y "otros compuestos con toxicidad respiratoria conocida o potencial".
Pero dado a que el mercurio es el más volátil de los metales pesados, las amalgamas dentales contaminan los consultorios debido al aire tóxico acumulado– lo que expone a los dentistas, higienistas dentales, asistentes dentales y personal de recepción a sustancias nocivas todos los días laborales durante 8 a 10 horas.
Una clínica donde los dentistas colocan regularmente amalgamas, representa un lugar de trabajo peligroso – pero cuyos riesgos generalmente no son explicados al personal dental, ni incluso a las mujeres embarazadas, lo que puede tener graves y terribles consecuencias en los sistemas reproductivos de las mujeres jóvenes, así como en los del resto de los colaboradores.
Además, muy pocos empleados de las clínicas odontológicas que fueron contratados por dentistas que están a favor del mercurio, reciben ropa protectora o máscaras de aire para minimizar su exposición al mercurio y otras toxinas.
En los sitios industriales, los empleados deben apegarse a los estrictos protocolos para evitar la exposición incluso a pequeñas cantidades de mercurio, sin embargo, en los consultorios dentales los niveles de mercurio pueden dispararse, y tanto los pacientes como empleados ignoran los riesgos.
Alex Hummell, CEO de Mercury Instruments USA Inc., una empresa que fabrica equipos para detectar niveles de mercurio en el aire, declaró que ha visto un nivel de contaminación del aire tan alto en los consultorios dentales que se vería obligado a dejar de operar si se tratara de cualquier otra oficina. McClatchy DC informó lo siguiente al respecto:
"'Probablemente cerrarían sus puertas e instalarían respiradores.' En cambio, [Hummell] dijo, 'hay niños corriendo por todos lados. Es una locura. Se trata exactamente de la misma toxina, y está siendo tratada de manera totalmente diferente. ¿Por qué se les permite estar tan desregulados?'"
A pesar de los riesgos conocidos, pocos consultorios dentales monitorean su aire en busca de niveles de mercurio como lo hacen muchas plantas industriales. Es tan malo que Hummell, padre de 5 hijos, dice que no llevará a sus hijos a ningún consultorio dental, de esta forma no estarán expuestos al mercurio ni por un segundo.
En un experimento para determinar la exposición al mercurio en el consultorio de un dentista, Hummell encontró niveles de mercurio que superan hasta 30 veces el límite de OSHA que podría liberarse durante un procedimiento para extirpar los empastes de mercurio.
De igual forma, descubrió que los niveles de mercurio aumentan cuando un diente con un antiguo relleno de mercurio se cepilla suavemente. Como era de esperarse, a la ADA no le interesaba saber los hallazgos de Hummell. De acuerdo con McClatchy DC:
"[Hummell] dijo que también les mostró a los dentistas un panfleto de la Asociación Dental Americana quien los exhortaba a monitorear periódicamente sus consultorios en busca de mercurio, una circular que en su mayoría provocó risas y burlas por parte de los dentistas.
"Un día después de la convención, recibí una llamada del abogado de la Asociación Dental Americana que amenazaba con arruinarme si no dejaba de utilizar su publicación", declaró Hummell . "Y les respondí, 'pensé que la asociación dental quería que las personas se enterarán. Inmediatamente después, no fue posible encontrar esa publicación en ningún lado... Desapareció de internet".
Según Charlie Brown, quien participa en la organización Consumers for Dental Choice, "Históricamente, la ADA ha advertido a los dentistas sobre los peligros del mercurio en los consultorios dentales, sin embargo, solo lo hizo cuando ADA obtenía ciertos beneficios".
Por ejemplo, Brown cita un folleto de la ADA titulado ¡Se lo debe a sí mismo! Protéjase y proteja a su personal de los peligros de su profesión con el Servicio de pruebas de mercurio de la ADA". En dicho folleto, la ADA reconoce:
"Los consultorios pueden estar contaminados con mercurio debido a las cápsulas de amalgama con fugas y los efectos persistentes del derrame accidental. Las piezas de mano de alta velocidad y los compactadores ultrasónicos que vaporizan el mercurio pueden conducir a una inhalación imprevisible".
Por $ 75 dólares por persona al año, la ADA ofrecía un servicio de prueba de mercurio "completo y confidencial". No existe evidencia alguna de que la ADA haya continuado con este programa de prueba de mercurio. "Al parecer, la ADA consideró más rentable negar el problema de los altos niveles de mercurio en los consultorios dentales", explicó Brown.
Incluso los estudiantes de odontología están en riesgo, pues lo estudios demuestran que las instituciones dentales y hospitales en Filipinas y Pakistán tienen peligrosos niveles de contaminantes de mercurio en el aire.
Dado que los riesgos del mercurio son evidentes, para el mejor interés de todos – pacientes y proveedores por igual – lo ideal es optar por la atención dental libre de mercurio.
De acuerdo con la organización Consumers for Dental Choice, los consultorios dentales que optan por utilizar mercurio ponen en riesgo a los profesionales dentales, ya que pueden entrar en contacto con el veneno directa e indirectamente; incluso, el mercurio puede contaminar las alfombras y tuberías. La exposición al mercurio en el lugar de trabajo ha provocado lo siguiente:
Mientras que otros países, como Suecia y Noruega, han eliminado por completo el uso de empastes de amalgama hechos de mercurio , en los Estados Unidos solo del 32 al 52 % de los dentistas no utilizan mercurio. Esto significa que depende enteramente de usted encontrar un dentista que no utilice mercurio al momento de elegir su atención dental y la de su familia.
Ahora que aproximadamente la mitad de los odontólogos en los Estados Unidos no utilizan mercurio, Consumers for Dental Choice ha cambiado su enfoque de la oferta a la demanda, asimismo, la demanda de los consumidores por un tipo de odontología sin mercurio es obstaculizada principalmente por las compañías aseguradoras y otros terceros pagadores que estipulan continuar con el tratamiento con amalgama.
Es el momento de transmitir el mensaje de que los consumidores ya no tolerarán el uso de amalgamas de mercurio y no se conformarán con los planes de las aseguradoras además de los programas que exigen el uso de amalgamas. Para participar en este movimiento:
Esto se debe a que los dentistas que aún utilizan amalgamas, terminan usándolas en personas que inusualmente tienen otra opción, ya sea porque no les es posible pagar la diferencia o porque su programa estatal o gubernamental dictamina que solo pueden recibir mercurio.
Esta práctica desleal debe terminar, y mientras más rápido logremos que todos los dentistas dejen de utilizar mercurio al 100 %, estos programas se verán obligados a cambiar con más prontitud.
Por lo tanto, elegir un dentista que no utilice mercurio en lo absoluto es una opción altruista de su parte, lo que ayudará a aquellos cuyas voces suelen ser ignoradas. De igual forma, hará que el ambiente del consultorio sea más seguro para los pacientes y personal.
Su salud se ve amenazada por todas las direcciones. Estamos rodeados de toxinas ambientales, alimentos ultraprocesados, campos electromagnéticos, organismos transgénicos (OGM) subsidiados por el gobierno y una variedad de otros peligros. Es simplemente imposible protegerse a menos que cuente con información saludable de vanguardia.
Las tareas más complejas pueden ser más sencillas si va paso a paso. En conjunto, Nuestro Sistema de Alimentación Ancestral le ofrece un plan de sugerencias que comprende una guía completa que puede cambiar su vida. Algunos de los temas a abordar en taller o consulta son:
Podría parecer que la salud y bienestar ya no son algo habitual. Una epidemia de opiáceos arrasa al país, la tasa de obesidad, Hipertensión Arterial (presión arterial alta), Diabetes y más está aumentando vertiginosamente, la esperanza de vida disminuye y predominan las enfermedades crónicas - degenerativas y neuro - degenerativas. Nuestras comunidades están siendo afectadas en todos los niveles y la única forma de revertir esa tendencia es a través de la educación y ejemplo personal. Nuestro plan de sugerencias le proporciona las herramientas que necesita para tomar el control de su salud. Ha llegado el momento de la revolución—una revolución saludable.
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Referencias: