Las enzimas (proteínas compuestas de aminoácidos) son producidas por su cuerpo para procesar funciones que normalmente no se producirían a la temperatura corporal, lo que las hace de vital importancia para una buena salud y longevidad.
La ciencia ha identificado más de 3 000 enzimas diferentes, aunque todavía no hemos investigado profundamente. Algunos creen que podemos tener entre 50 000 y 70 000 enzimas en nuestros cuerpos.
Cada órgano tiene su propio conjunto de enzimas, y cada enzima tiene una función diferente. En esencia, actúan como una llave maestra para abrir cualquier cerradura específica. En esta analogía, las cerraduras son reacciones bioquímicas.
La preservación de las enzimas es un aspecto importante para la longevidad, ya que las personas jóvenes tienen niveles mucho más elevados que los adultos.
Los adultos jóvenes tienen aproximadamente 30 veces más amilasa en su saliva que las personas de 69 años, y los de 27 años tienen el doble de la lipasa que los de 77 años de edad. Las personas con enfermedades crónicas también tienden a tener niveles mucho más bajos de enzimas.
Afortunadamente, optimizar sus enzimas es tan fácil como comer muchos alimentos frescos, y fermentados. Los germinados de brocoli y berros son una fuente particularmente excelente de enzimas vivas.
También se ha demostrado que el ayuno protege a las enzimas. Si no come, no producirá enzimas digestivas, lo que a su vez desencadenará la producción y actividad de las enzimas metabólicas para que proliferen.
La forma de una enzima es una clave importante para comprender los beneficios de la terapia enzimática, ya que la forma de la proteína determina su función. Podría comparar las enzimas con llaves especializadas cortadas para ajustarse a cerraduras específicas, y las cerraduras en este caso serían las reacciones bioquímicas.
Si tomamos en consideración las decenas de miles de reacciones bioquímicas que ocurren en el cuerpo en un momento dado, es lógico que haya decenas de miles de enzimas. Una característica interesante de las enzimas es que, mientras procesan las reacciones bioquímicas, no se utilizan en la reacción. Simplemente, fungen como apoyo y aceleran las reacciones.
Al disminuir la cantidad de energía necesaria para que ocurra una reacción, permiten reacciones que de otra manera no serían posibles, o serían demasiado lentas para satisfacer las demandas del cuerpo. De igual manera, esta es la razón por la cual se razona que las deficiencias de enzimas pueden contribuir a un envejecimiento más rápido.
Las enzimas se dividen ampliamente en las siguientes categorías:
Enzimas digestivas — Están involucradas en la digestión, en la descomposición de los alimentos en nutrientes y eliminación de productos residuales. Las enzimas digestivas son extracelulares, lo que significa que se encuentran en el exterior de las células. Hay ocho enzimas digestivas principales, cada una diseñada para ayudar a descomponer diferentes tipos de alimentos:
Enzimas de alimentos, Los suplementos de enzimas alimenticias son de plantas o animales. Por ejemplo, las enzimas pueden ser de ciertos hongos y bacterias y tomar limón en ayunas, los suplementos de enzimas pancreáticas, tales como pepsina y tripsina, se obtienen del estómago, intestino delgado y páncreas de los animales.
Las personas que pueden beneficiarse de comer más alimentos y tomar un suplemento de enzimas alimentarias son quienes:
Las enzimas que no son utilizadas en la digestión están disponibles para asistirle con otros importantes procesos fisiológicos.
A los 70 años, es posible que sólo produzca un tercio de las enzimas que necesita para gozar de una buena salud.
Para empeorar las cosas, a medida que envejece su estómago produce menos ácido clorhídrico, y el ácido clorhídrico es fundamental para activar las enzimas digestivas del estómago.
Cuando la digestión de los alimentos requiere una alta demanda, los suministros de enzimas se agotan y su capacidad para generar enzimas podría mermar.
• Quienes tienen problemas de toxicidad
• Personas crónicamente enfermas, incluyendo quienes tienen problemas digestivos, desequilibrios de la glándula endocrina, altos niveles de azúcar en la sangre, diabetes, obesidad, colesterol alto, problemas relacionados con el estrés, artritis y otras enfermedades inflamatorias.
Los suplementos que contienen amilasa, lipasa y proteasas (enzimas que ayudan a desintegrar los almidones, grasas y proteínas, respectivamente) benefician a las personas con sensibilidades alimentarias.
Para una óptima digestión, necesita los tres. Otras enzimas digestivas poco conocidas incluyen la ribonucleasa y la desoxicirribonucleasa-I, que digieren los ácidos nucleicos y el ADN/nucleasa respectivamente.
Las enzimas son catalizadores que provocan reacciones bioquímicas. En otras palabras, ayudan y aceleran las reacciones, en ocasiones a una cantidad impresionante de varios millones de reacciones por segundo.
De esta manera, las enzimas reducen significativamente la cantidad de energía necesaria para que se produzca una reacción. Y, sin ellas, algunas reacciones ni siquiera se llevarían a cabo. He aquí un ejemplo de cómo su cuerpo requiere enzimas para realizar ciertas actividades:
Así como son tan importantes, las enzimas no funcionan solas. Dependen de otros elementos para realizar sus tareas, como ciertas vitaminas y minerales. Estos elementos se llaman coenzimas.
Una de las coenzimas más conocidas es la coenzima Q10 (CoQ10), que se encuentra en las mitocondrias (centro de carga) de sus células, donde es parte de la producción de ATP, una principal fuente de energía. Otro ejemplo es la sal, que participa en más de 300 reacciones enzimáticas.
Sin embargo, si bien su cuerpo produce sus propias enzimas, esta capacidad empieza a disminuir en cuanto entra a los 20 años. La situación empeora si come principalmente alimentos procesados y evita la sal, ya que las enzimas viables sólo se encuentran en los alimentos naturales y la sal.
Esta es otra razón por la cual la alimentación tiene un tremendo impacto en el riesgo de enfermedad, ya que el desequilibrio o deficiencia de enzimas puede aumentar significativamente el riesgo de cáncer y enfermedades autoinmunes.
El libro, "Autoimmune" de Annesse Brockley y Kristin Urdiales explora el vínculo entre la deficiencia de la enzima digestiva y la enfermedad autoinmune. Aunque todavía es controversial, el vínculo entre las enzimas digestivas y la disfunción inmunológica es muy convincente, y nos ayuda a entender el por qué y cómo la alimentación son una intervención tan poderosa.
Hay varias maneras de aumentar naturalmente sus niveles de enzima:
Si bien todos los alimentos crudos contienen enzimas, los alimentos con mayor contenido de enzimas son los germinados de brocoli y berros
El proceso de germinado incrementa enormemente el contenido de enzimas en estos alimentos. Además de los germinados, otros alimentos con alto contenido de enzimas incluyen:
Su salud se ve amenazada por todas las direcciones. Estamos rodeados de toxinas ambientales, alimentos ultraprocesados, campos electromagnéticos, organismos transgénicos (OGM) subsidiados por el gobierno y una variedad de otros peligros. Es simplemente imposible protegerse a menos que cuente con información saludable de vanguardia.
Fuentes y referencias: